7 may 2013

La fábula del pelotudo:

Se cuenta que en una ciudad del interior, un grupo de personas se divertían con el pelotudo del pueblo, un pobre infeliz de poca inteligencia que vivía haciendo pequeños mandados y recibiendo limosnas.
Diariamente algunos hombres llamaban al pelotudo al bar donde se reunían y le ofrecían escoger entre dos monedas: una de tamaño grande de 50 centavos, y otra de menor tamaño pero de 1 peso.
El siempre agarraba la mas grande y valiosa, lo que era motivo de risas para todos.
Un día alguien que observaba al grupo divertirse con el inocente hombre, lo llamó aparte y le preguntó si todavía no había percibido que la moneda de mayor tamaño valía menos, y éste respondió:
- Lo sé, no soy tan pelotudo..., vale la mitad pero el día que escoja la otra el jueguito se acaba y no voy a ganar más mi moneda.

Esta historia puede terminar acá como un simple chiste, pero pueden sacar varias conclusiones:

La primera: QUIEN PARECE PELOTUDO NO SIEMPRE LO ES.
La segunda: ¿Cuáles son los verdaderos pelotudos de la historia?
La tercera: Una ambición desmedida puede acabar con la fuente de tus ingresos.
La cuarta (y la más interesante): Podemos estar bien aún cuando los otros no tengan una buena opinión sobre nosotros. Por lo tanto lo que importa no es lo que piensen los demás de nosotros, sino lo que uno piensa de sí mismo.

Moraleja:
EL VERDADERO HOMBRE INTELIGENTE ES EL QUE APARENTA SER UN PELOTUDO FRENTE A UN PELOTUDO QUE APARENTA SER INTELIGENTE.


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