14 ago 2014

ESE momento ...

Era una noche oscura y muy fría. Tomé mi abrigo, y rápidamente crucé la puerta de salida. Me encontraba en medio del silencio, miré para los costados, pude notar poco tráfico, algunas personas iban, otras venían. Comencé a caminar, apresurada... salí a su encuentro. Mi cuerpo se encontraba tenso, mi rostro y mis manos ardían por el frío. Sentí como los nervios se apoderaban de mi, entonces sólo caminé mirando fijamente al suelo hasta llegar al punto de confluencia. Al llegar, alcé tímidamente mi vista, con mi aspecto cotidiano —cero maquillaje, cabello recogido, y vestimenta casual—. Él estaba esperándome, con una gran sonrisa, sencillamente hermoso, y sus brazos extendidos. Fue espontáneo: me estrechó entre sus brazos, le devolví la sonrisa, acompañada de una voz chillona y entrecortada a causa de los nervios. De repente, la noche se iluminó con un luz excepcionalmente radiante. El calor de sus brazos hicieron desaparecer el frío. Y pudo convertir ese momento, en ÉL momento.
23/05/2013
Si, en ese momento me di cuenta que mi cuerpo siempre había estado buscando quién lo estrechara de esa manera. Mis ojos, al  encontrarse con los suyos, supieron que ellos serían los mejores en los cuales perderse y por los únicos que debía dejarse encontrar. Mi manos, al entrelazarse con las suyas, sintieron como encajaban perfectamente, como nunca antes. Su boca, buscando la mía, esbozando su placentera sonrisa, pude sentirlo.. fue ese preciso instante, en el que me di cuenta que ya no quería otros besos, ni otros abrazos, noté que su cálida sonrisa, su dulce voz y su atractivo aspecto era todo lo que quería de alguien más. Sus palabras, su forma de mirarme, todas esas sensaciones y emociones que pudo provocar en mi, en cuestión de minutos, y simplemente siendo él, me hicieron caer en la cuenta que él es lo que había buscado, lo que estaba esperando, y lo que quería que permaneciera junto a mi.
Es hermoso, es realmente agradable, no es perfecto ni pretende serlo, es un ser lleno de luz, que ni siquiera sus tantos defectos, ni errores pueden opacarlo. He tenido la suerte de encontrarlo, y ahora que tengo la oportunidad, voy a darle lo mejor de mi, seré lo mejor para él, e intentaré convencerlo de que se quede por siempre junto a mi. 


Natacha Herrera

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